Hay varios motivos que nos llevan a comenzar terapia, estos podrían ser los más frecuentes, pero no los únicos:

• Cuando sientes la dificultad de avanzar en tu vida.
• Ante problemas frente a los que te sientes sin alternativas ni recursos.
• Cuando tus familiares, amigos o, tu médico, te aconsejan que atiendas determinados síntomas.
• Cuando sientes que tus emociones te desbordan (ansiedad, ira, tristeza, etc.).
• Cuando una relación importante es vivida como un conflicto (pareja, hijos, trabajo, etc.).
• Cuando estás en un momento vital de cambio importante (separación, cambio de empleo, etc.).
• Cuando te enfrentas a una situación traumática (enfermedad, accidente, pérdida de un ser querido, abusos…) actual o pasada.
• Por búsqueda interior y crecimiento personal

Ningún tratamiento psicológico es mágico. Con esto quiero decir que depende de muchos factores mas allá de la sesión de terapia. Además se trata de un trabajo en conjunto, depende en gran parte del esfuerzo invertido dentro y fuera del espacio terapéutico. Lo que si puedo prometer es dar siempre mi máximo y hacer todo lo que esté en mis manos para que puedas salir adelante en función de lo que necesites.

No voy a mentirte no son procesos cortos, además mi forma de trabajo esta más enfocada a procesos largos de indagación personal, es decir no trabajar solo la resolución del síntoma, sino también profundizar en los procesos emocionales causantes de ellos. Aunque es cierto que depende de varios factores, como la necesidad de la persona, su implicación, del proceso en sí… Además en conjunto se acordará tanto el inicio de la terapia, el ritmo de la misma y también su finalización

Habrá casos específicos donde sí se tenga que requerir al uso de medicación para actuar sobre algunos síntomas concretos facilitando así la psicoterapia. Aún así será siempre un médico quien prescriba y supervise la toma de medicación.